viernes, 23 de enero de 2015

La "nube" de Obama vs la "nube" de Maduro

Al final, Nicolás Maduro tuvo la última palabra.

El artículo 237 de la Constitución establece que "dentro de los diez primeros días siguientes a la instalación de la Asamblea Nacional, en sesiones ordinarias, el Presidente o Presidenta de la República personalmente presentará, cada año, a la Asamblea un mensaje en que dará cuenta de los aspectos políticos, económicos, sociales y administrativos de su gestión durante el año inmediatamente anterior". Sin embargo, por encontrarse en medio de su gira internacional, Maduro pospuso su comparecencia ante la Cámara -que debió producirse el 15 de enero- y terminó exponiendo su informe de gestión el miércoles 21 de enero.

La noche anterior a la intervención del Jefe de Estado venezolano, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció ante el Congreso de su país el discurso sobre el Estado de la Unión. "En este momento, con una economía en crecimiento, déficits menguantes, una industria desbordante y un boom en la producción energética, hemos salido de la recesión más libres para escribir nuestro futuro que cualquier nación en la tierra. Nos corresponde a nosotros elegir qué queremos ser en los próximos 15 años, y en las décadas venideras", resumió Obama el momento que atraviesa la primera potencia mundial.

Una cosa es el poder de la palabra y otra la palabra del poder. Tratando de medir ambos elementos, a continuación se publican sendos gráficos que muestran los vocablos más utilizados por Maduro y Obama en sus respectivas declaraciones. Una manera de evaluar las prioridades y agendas de estos líderes, tomando como referencia el mensaje más importante del año.

Aquí la "nube de palabras" de Obama, donde destaca el término "Unidos":


Y ahora, la "nube de palabras" que dejó Maduro a su paso por la AN. Aquí "Chávez" es más grande que "Bolívar":


Que las bocas de Obama y Maduro sean la medida...

jueves, 15 de enero de 2015

¿Cuántos malandros tiene Venezuela?

¿Cuántos “malandros” tiene Venezuela? En realidad, nadie puede contestar con exactitud esta pregunta. No existe una estadística oficial, en el censo ningún compatriota se identificó como tal. Sin embargo, algunas cifras de 2014 podrían servir para acercarse a una respuesta.

En una entrevista publicada el 7 de septiembre de 2014 por el diario El Universal, el ex ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, manifestó: “de cada 100 homicidios que ocurren en Venezuela, 76 son enfrentamientos entre bandas o enfrentamientos entre bandas y cuerpos de seguridad. Esos 76 fallecidos están contemplados en las estadísticas, pero no son directamente asignables a la seguridad, sino que son diferencias entre bandas que han desarrollado una cultura de la violencia y de las armas tal, que la única solución a sus diferencias es matarse unos con otros”. Entonces, según este ex funcionario, 76% de los asesinados en el país son malandros.

A finales de diciembre, el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) informó que la República Bolivariana cerraría 2014 con 24.980 homicidios, superando los 24.763 que se habrían registrado en 2013. Si se cruza este número con la tasa ofrecida por Rodríguez Torres, cuál es el resultado: 18.820 malandros fueron eliminados en un año.

El sacerdote Alejandro Moreno analizó las declaraciones de Rodríguez Torres en un artículo que firmó en el diario El Nacional el 30 de septiembre bajo el título “Las cifras del ministro”. Luego de cuestionar el criterio expresado por el antiguo titular de Relaciones Interiores, Moreno puso la lupa sobre este punto: de acuerdo con el mayor general, ese 76% cae por “enfrentamientos entre bandas o enfrentamientos entre bandas y cuerpos de seguridad”. Quiere decir, que los malandros pueden ser liquidados por otros de sus colegas o por policías.

“Algunos son muertos en enfrentamientos con la policía (Dios nos libre de considerar asesinos a los policías), de modo que los asesinos vivos serán quizás un poco menos; aunque pueden también ser un poco más pues no está dicho que a cada asesinado le corresponda un solo asesino, sobre todo si se trata de ‘bandas’ como dice el ministro”, resaltó el director del Centro de Investigaciones Populares.

Basándose en la apreciación de Rodríguez Torres, el padre salesiano “enreda” más este ejercicio al advertir: “Si nos contentamos con calcular los asesinos muertos durante los últimos 10 años, para atenernos al tiempo del que la gran mayoría de los venezolanos pueden tener vivos recuerdos, la cifra rondaría los 120.949, simplemente sacando el 76% de los homicidios acaecidos durante esta década. Pero eso supone por lo menos otros 120.949 asesinos vivos. ¡Y la mayoría sueltos!”.

En auge

La última memoria y cuenta presentada por el Ministerio para el Servicio Penitenciario en 2014 aportó guarismos a considerar. De acuerdo con este documento oficial, el país contaba con 53.917 privados de libertad, que se repartían en tres categorías: 37.372 procesados, 16.093 penados y 452 en “resguardo policial”.

Por su parte, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), en su balance del primer semestre de 2014, reseñó que para ese momento la población reclusa alcanzaba la cantidad de 55.007, dividiéndose entre 51.747 hombres y 3.260 mujeres. El OVP reseñó la fuga de 88 detenidos y la muerte de otros 150 desde enero hasta junio del año pasado, al tiempo que –citando al Ministerio Público- precisó que durante ese periodo 13.765 ciudadanos se hallaban en retenes policiales.

En su condición de integrante de la Comisión de Seguridad de la Mesa de la Unidad Democrática, el abogado y criminólogo Fermín Mármol García coordinó un estudio acerca del número de bandas y de delincuentes que azotan a la nación.

“El estudio es empírico, no científico, pero no por ello sin fundamento. El mismo se sustenta en un trabajo estadístico y actuarial sobre la base de la tasa de impunidad que se desprende anualmente de la memoria y cuenta del Ministerio Público, y el trabajo de investigación criminal ejecutado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC)”, explica Mármol García. Asimismo, comenta que, adicionalmente, desarrollaron un “estudio sociológico y criminológico atendiendo al mapa del delito nacional sobre crímenes violentos que operan bajo el esquema primitivo de la territorialidad”.

La pesquisa en cuestión arrojó como resultado dos cifras aterradoras. La primera, en Venezuela “un mínimo” de 70 mil personas se dedican al delito. “Esto es muy alto, tomando en cuenta que la población reclusa ronda las 50 mil personas”, alerta el experto. Y la segunda, la mayoría de esas 70 mil personas se agrupan en unas 18 mil bandas criminales.

De esas 18 mil bandas criminales, acota Mármol García, unas 12 mil perpetran “delitos violentos” como secuestros, extorsiones, robos agravados (asaltos-atracos) y homicidios, entre otros; mientras que el resto ejecuta “delitos de astucia” como corrupción en sus distintas modalidades, hurtos, estafas, apropiaciones indebidas y fraudes. El profesor universitario apunta que “el estudio deja por fuera el delito de ocasión o de oportunidad, propiciado por la falta de castigo, educación y el debido ejemplo que golpea a la sociedad venezolana”.

Mármol García expone la extensa lista de crímenes que han aparecido en estos 15 años de revolución chavista. “Colectivos armados y violentos, seudosindicatos de la construcción armados, sicariato, la ‘cultura’ carcelaria permeando en la sociedad (en algunos urbanismo de la Misión Vivienda), la ‘república de los pranes’, desmembramientos, bandas criminales con fusiles y granadas, megabandas criminales con más de 100 integrantes, asesinatos de policías, ataques a sedes y patrullas policiales, y asalto a parques de armas policiales y militares”, enumera.

Entonces, ¿cuántos malandros tiene Venezuela? Quizás, vistos estos números y proyecciones, la respuesta más adecuada sea: Muchos.

(Texto publicado por el autor en El Estímulo)